Hablando con Gabriel hace un par de días comentábamos la pena que nos da que finalice la Expo. Llevamos casi tres años detrás de ella, y más de uno desde que comenzamos en los blogs zaragozanos a “hacernos cargo” de su “promoción”. Ha sido una uestión totalmente personal, no fuimos abducidos por la organización para cantar sus alabanzas, ni sobornados para hablar bien o mal. Cada uno vertió en su blog lo que quiso y destacó lo que consideró oportuno.
Cuando fuimos invitados a ver el avance de las obras teníamos tantas dudas o más que cualquier otro ciudadano de que aquello pudiera convertirse en una realidad en el escaso tiempo disponible. A medida que se acercaba la fecha de inauguración iba creciendo la inquietud al ver todo lo que faltaba por completar. Las dudas de que se llegara a tiempo nos hicieron preguntar una sola cuestión. ¿LLegaremos a tiempo?.
Y ¡Claro que llegamos! y no sólo eso sino que llegamos con casi todo en su sitio. Algunos detalles se fueron puliendo después de la apertura, el tiempo y las lluvias tardías obligaron a demorar el estreno del Iceberg, muchas baldosas se movían, las sombrillas no eran suficientes, y todos los defectos que queramos destacar tienen un sitio. Pero ahora se acaba todo y el balance personal que hago es de MAGNIFICA EXPO 2008 DE ZARAGOZA.
Tal vez el contenido de muchos de los pabellones no haya sido el más adecuado o, mejor dicho, acorde con el tema central AGUA Y DESARROLLO SOSTENIBLE. Pero cada uno en su casa hace lo que considera más oportuno. Ahora ya es tarde para enmendarlo, porque esta noche se dará por finalizado el evento más importante para nuestra ciudad desde la última Exposición Internacional de 1908.
Las ventajas que ha reportado en cuanto a infraestructuras, comunicaciones, imagen, etc. etc. sólo podrán comprobarse con la perspectiva que da el tiempo y cuando los viales de acceso a la Expo (ahora cortados por seguridad) funcionen a pleno rendimiento, Puente del Tercer Milenio, Avenida de Ranillas, et. Los vecinos del ACTUR notarán inmediatamente sus beneficios, posibilitándoles el acceso y salida del barrio sin tanto problema como hasta ahora, habrán dejado de sufrir el colapso de sus calles ante los numerosos visitantes que hemos ido a aparcar por sus calles. Pero ahora ellos y todos nosotros seremos los beneficiarios de toda la obra civil inmensa que se ha llevado a cabo con motivo de la Expo. El nuevo Parque será ahora centro de atracción ciudadana durante lo que quede de buen tiempo, ya que con el cierzo lo de pasear en bici no es demasiado agradable y recorrer 120 hectáreas a pié no es tarea fácil.
Estoy esperando a la noche para ver los fuegos que darán fin a nuestra Expo, y con ese colofón espero que en todos quede el recuerdo de la luz y de la ilusión que se escapa como los fuegos de artificio. Parece que van a ser dignos de una gran exposición como ha sido la Expo. Así que guardaremos en la memoria su luz y dejaremos las sombras en una cueva que es el lugar donde les corresponde estar. Lo demás ya lo iremos viendo y todavía iremos “colgando” fotos, que ya serán para el recuerdo, de una Exposición que, como mínimo, ha sido un espacio fotográfico magnífico, donde todos los millones que han pasado por allí se han hartado a disparar sus cámaras por todos y cada uno de los rincones de la misma. La luz de los atardeceres es obra de Dios y otra de las maravillas zaragozanas. Nosotros sólo hemos pasado por allí y hemos “robado” la luz del cielo y cómo no de la Expo.